La Virgen le dijo a Jakov: “No llores, tu mamá está conmigo en el Cielo”

En el último © Children of Medjugorje del 16 de julio de 2014, Sor Emmanuel, nos narra la siguiente anécdota sobre la importancia de vivir los mensajes y hacer lo que la Virgen nos pide:

«Para el 33º aniversario de las apariciones, esperábamos un mensaje fuerte de parte de la Virgen. Y hemos retenido especialmente estas palabras: “El Altísimo me da la gracia de poder estar aún con ustedes” ¿Qué significa ese “aún”? No integro el grupo de quienes la han visto o escuchado, pero según Vicka, estamos bien lejos de haber realizado lo que ella había previsto hacer por medio de sus venidas a Medjugorje. ¡Esta constatación me duele! Desde los primeros días, María manifestó claramente su plan: “He venido para convertir al mundo entero y reconciliarlo con Dios”. También ha dicho: “He venido para acercar al mundo al Corazón de Dios”. María es la Madre de la esperanza y ella (sin duda) ha obtenido de Dios poder seguir visitándonos para que este plan se cumpla de una vez, y que Satanás no logre disminuir y destruir el impacto de sus venidas. ¡Ahora nos toca actuar a nosotros!

¿Cómo y cuándo la hemos decepcionado al punto de impedirle la realización de todo el bien que deseaba llevar a cabo por medio de Medjugorje? Hemos comenzado por retacear sus mensajes quitando lo que no era de nuestro agrado, hemos dejado que nuestras conciencias se adormezcan con el materialismo circundante. No hemos tomado en serio el hecho de poner a Dios en el primer lugar en nuestras vidas, y lo hemos pospuesto al bienestar terrenal (que perdemos sin su bendición, como lo podemos constatar por el estado actual de Francia). Para animarnos a enderezar nuestro rumbo, he aquí un simple testimonio que data de los años 90.

Sabemos que Jakov perdió a su mamá alrededor de un año después del inicio de las apariciones. Él estaba muy triste porque ella era su única familia. Pero aquella noche, la Virgen le dijo durante la aparición: “No llores, Jakov, tu mamá está conmigo en el Cielo”. Enterada de esto, fui a ver a Jakov para preguntarle cómo había hecho su mamá para ir derechito al Cielo, qué había en su vida de tan bello como para que Dios la haya acogido tan rápidamente. ¡Me imagino que su respuesta resultará interesante para más de uno! Jakov permaneció evasivo y me dijo: “No tengo nada especial para comentarte, Sor Emmanuel; mi madre no hizo nada de extraordinario…” Como yo le insistía, sabiendo que todo el mundo no va directamente al Cielo, respondió: “Te aseguro, mamá no tenía nada de extraordinario, era como todo el mundo; hacía todo lo que la Gospa pedía”. Ya tenía mi respuesta, y ¡qué respuesta! ¡Ella hacía todo lo que la Gospa pedía.

Si hoy en día, a pesar de nuestras tibiezas, nuestras caídas y faltas de humildad, la Virgen ha decidido continuar con sus visitas, ¡no la decepcionemos más! Es un tiempo de gracia, aprovechémoslo. No permitamos que el enemigo se alegre con las puertas que le abrimos por nuestros galanteos con el pecado. No le dejemos las manos libres para poder atacar, porque en ello nos jugamos nuestro porvenir y el de nuestros hijos. María nos está dando una segunda oportunidad… Si queremos la paz y no el desastre, todavía estamos a tiempo para “hacer lo que ella pide”»

Sor Emmanuel

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