Nací y me crié en Montevideo, Uruguay, dentro de una linda familia Católica practicante. Soy la última de 7 hermanos (uno de ellos fallecido al nacer). Mis padres siempre han sido un gran ejemplo para nosotros como padres y como matrimonio católico. Crecí en un ambiente en que se rezaba y se iba a Misa. A medida que fui entrando en la adolescencia fui perdiendo el gusto por todo lo referente a Dios. Quería vivir todas las emociones del mundo y sentía que la Iglesia no llenaba mis expectativas. A partir de los 16 años comencé esa carrera que creía tanto necesitar. Pasé por muchas etapas: algunas de euforia, en la que salía prácticamente todos los fines de semana y en vacaciones lo hacía todos los días; otras estuvieron cargadas de mucha tristeza, con pensamientos negativos y destructivos hacia mí misma. Gracias a otras amistades que vieron mi situación logré salir de ese círculo vicioso. Mi vida se volvió más estable, fui madurando, estudié y me recibí de maestra pre escolar y maternal, comencé a trabajar y a vivir sola en un apartamento. También intenté conocer a alguien para así poder formar una familia, con la cual yo creía que al fin podría ser feliz. Pero esas relaciones por una u otra razón no funcionaban.
Una amiga muy cercana participaba en un grupo de oración de Medjugorje y me invitó. Le negué las primeras invitaciones porque me parecía muy aburrido. Al final decidí ir al menos una vez para dejarla contenta. Esa primera vez fue muy especial y aún la llevo en mi corazón. No recuerdo el contenido de esa experiencia pero sí los sentimientos que me generaron, me sentí amada, aceptada y lo más fuerte, me sentí buscada y encontrada. Sólo eso bastó para meterme de lleno en ese caminar. A los pocos meses realicé, junto con el grupo de oración, una peregrinación a Medjugorje. Esto enraizó más mi fe y compromiso con Dios.
Aparentemente yo era una chica muy feliz y exitosa con lo que quería, pero por dentro el vacío seguía allí y no lo comprendía ni toleraba. Esa carencia inexplicable la intentaba llenar de cosas mundanas, me resguardé en la vanidad y en la afectividad, poniendo esos dos aspectos por delante del mismo Dios. Mi felicidad momentánea dependía de cómo me sintiera y viera físicamente y de sentirme amada y necesitada. Esos eran mis dos ídolos secretos y tan aceptados por la sociedad y hasta por mí misma. Así fue como en esos años conocí al Padre Francisco Verar, a quien invitábamos para recibir charlas y retiros. Conociendo un poco de su Comunidad sentí un fuerte llamado a entrar en ella, sin saber a ciencia cierta cuál era el motivo.
En esos años conocí mis defectos más profundamente, las miserias y carencias que tenía y que intentaba inconscientemente llenar con apegos mundanos y calmar mi conciencia con la participación en la Iglesia. Ahora puedo ver la vida mediocre que yo llevaba, poniendo a Dios como una actividad más en ella y dándole el tiempo que yo creía justo y necesario. Pero ¿Qué estaba dando? ¿Por qué estaba dando? Y sobre todo, ¿Para quién? Aprendí a necesitar de Dios y a darme sin excusas ni condiciones. Estando en la Comunidad tuve la dicha de vivir 6 meses en Medjugorje donde María me acompañó y acercó aún más aSu Hijo, viviendo un amor más real y puro. Donde también vi la importancia de vivir los mensajes, que por poca voluntad e ignorancia, me costaba aceptar y vivir. Medjugorje me ha ayudado a buscar la felicidad donde sé la tengo asegurada, en Cristo Jesús. A buscar el consuelo y apoyo que sé lo tengo asegurado, en los brazos Purísimos de María.
Actual y temporalmente estoy en Montevideo donde vivo mi fe sin miedos y sobre todo sin máscaras. Buscando día a día la voluntad de Dios en mi vida y poniendo en práctica los mensajes que María da desde hace 32 años en Medjugorje.
María Marta Guynot de Boismenu
Montevideo – Uruguay
Fuente: www.mariareinadelapaz.com.uy
Que hermoso testimonio. Yo anhelo con el alma poder ir en peregrinación, pero no tengo los recursos necesarios; pero se que la Reina de la Paz me ha llamado y por lo tanto Ella me ha de ayudar a hacer realidad este deseo, porque necesito sentir a Dios en mi corazón como tantos que han llegado hasta allá y sus vidas han cambiado y ha habido un antes y un después, para dar testimonio de la grandeza de Dios vivo y real.
dios le acompañe y siga adelante
Muy hermoso testimonio, es el vivo llamado de la Virgen a despertar y vivir nuestra fe en Jesucristo su hijo. La Virgen no quiere nada para Ella lo dicho en sus mensajes, lo que desea es como madre vernos felices y sólo teniendo a Dios en el corazón como centro de nuestra vida alcanzaremos la auténtica Paz.
María Marta. ¡Gracias por tu testimonio tan esperanzador!. Me emocionó. ¡Bendiciones!
Mi interés es formar un grupo de oración en Salto, me ayudarían? Gracias
Querida Rosita,
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Esperamos tu llamada, estamos a las ordenes para ayudarte en todo lo que necesites.
Dios te bendiga por medio de la Gospa,
Marcelo
Yo he orado hoy más, porque quiero ir con un gpo. próximo a salir. Hoy me dijeron que se cierra cupo. Hay promesa mariana en oracion de que voy a ir. Dios sabe y abre puertas. Avanti!! FIAT!!