«El padre Kevin Scallon, lazarista, quien acompaña frecuentemente a Sr Briege McKenna en sus misiones, dirige maravillosos retiros para sacerdotes en Irlanda y en el mundo entero. Durante su última estadía entre nosotros nos contó un hecho doloroso: un sacerdote le confió que, en ocasión de una crisis interior originada por una sobrecarga de trabajo, había abandonado el sacerdocio:
“Fui a ver al Provincial de mi congregación para quejarme. Estaba aplastado por tanto trabajo y ya no podía más. Le dije que estaba pensando en dejar el sacerdocio. Y entonces, sin siquiera intentar hablar conmigo, ni escucharme un minuto o intentar ayudarme, mi superior me dijo que iba a disponer cuanto antes mi reducción al estado laical. Sin embargo, si me hubiera dedicado un poco de tiempo, si me hubiera escuchado y tomado en consideración mi situación, estoy seguro de que hoy continuaría ejerciendo mi sacerdocio. Lo sé. ¡Continuaría siendo sacerdote!” ¡Cuánto duele esta confidencia que no es poco frecuente! ¡Oh Señor, danos buenos padres de familia, buenos sacerdotes y buenos obispos, padres a imagen del Padre Celestial!»
Yo no soy Sacerdote. Soy laica, y caminaba en Comunidad, y por algunas diferencias, la responsable de la Comunidad se acercó a conversar con el Sacerdote asesor, con verdades y calumnias, y el Sacerdote, sin darme oportunidad de conversar con Él, me expulsó de la Comunidad, y eso me ha alejado de la Iglesia.
Es algo muy bueno para todo lo que creemo en nuestra madre