«El Padre Rock me compartió el siguiente testimonio:
Una joven, Anna, había prestado generosamente una casa de su propiedad a su prima para que cuidara de su abuela, sin hacerle pagar el alquiler. La abuela murió tres años después y Anna quiso recuperar su casa. Necesitaba venderla porque había comprado otra y tenía que completar el pago. Pero la prima, con su sobrino que era abogado, logró eludir la ley para pleitear contra Anna, que fue expulsada de su propiedad por la fuerza. ¡Imaginemos su indignación!El padre le dio el siguiente consejo: “Si quieres que el Señor reine sobre tus bienes -dijo-, permítele que Él mismo te defienda. Te sugiero que te superes y le pidas a Dios que venga a perdonar en ti todo el daño que tu prima y su sobrino te hicieron y todo el mal que han esparcido. Pídele también que se asegure de que no puedan quedarse con esta ganancia mal habida”. Poco después, Anna volvió a ver al sacerdote, quien le preguntó: “¿Le pediste eso a Dios? ¿O has hablado mal de tu prima con personas cercanas a ti?” “¡Hablé mal de ella, estoy tan enojada!”, “¡Entonces no has perdonado! Comprométete a no volver a decir nunca una palabra negativa sobre tu prima; por el contrario, pide al Señor que le conceda grandes bendiciones y que salve su alma.”¿Un no radical al odio? Anna se sentía mal en su interior. Reconocía que perdonar era imposible para ella; todo su ser respiraba odio y rebelión. Sin embargo, decidió acceder a la propuesta del sacerdote contra viento y marea y adherirse fielmente a ella porque veía claramente que él estaba en lo cierto. Tres meses más tarde, se puso en contacto con ella un agente inmobiliario que había encontrado un comprador para la casa y se ofrecía a hacerse cargo de toda la parte legal porque el propio comprador era abogado. Finalmente, todo quedó solucionado sin problemas y sin odio. Su prima comprendió que estaba perdiendo el tiempo queriendo litigar contra un abogado honesto y esto fue una gran victoria para el Reino de Dios. Anna recuperó su casa, pudo venderla, saldando así su casa nueva.Vio que Dios había actuado poderosamente, porque ella le había dado el control de toda la situación y había dicho un radical “no” al odio.»
© Children of Medjugorje del mes de julio de 2024

Gracias por este testimonio, bieb sabe Dios q lo necesitaba como el respirar
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