«Una jovencita proveniente de la lejana Malasia había venido con una amiga a Medjugorje con la intención de clamar al Cielo por una intención importante. Ambas decidieron hacer una novena de oración y ayuno a pan y agua, Santo Rosario, Adoración, etc. en sintonía con el programa vespertino parroquial. Al comenzar la novena compraron una hogaza para consumir durante el día, y a la noche todavía les sobraba un poco de ese pan. Al día siguiente, ante su gran sorpresa, vieron que el pan había recuperado su tamaño inicial. Sin embargo, no habían salido de la habitación. El mismo fenómeno se reprodujo al tercer día y en los días subsiguientes. En síntesis, durante los nueve días de ayuno compraron un solo pan.

La explicación de lo sucedido es clara: ¡Jesús quiso manifestarse mediante un signo! Aquello que realizó varias veces durante su estadía en la Tierra ¡todavía puede hacerlo y sigue haciéndolo! Esto es un ejemplo entre tantos otros. ¿Aquellas jovencitas eran tan pobres como para no poder comprar un pan diario? ¡Claro que no! ¡Ellas podían comprarlo! Por el contrario, la muchedumbre que escuchaba a Jesús en Galilea estaba hambrienta después de haber permanecido durante 3 días sin comer. Compadecido, Jesús la alimentó. Entonces, ¿por qué realiza esta multiplicación gratuita para estas jóvenes que bien podían comprar pan? ¡Porque Jesús está verdaderamente vivo y le gusta alentar con ternura, y también “mimar”, a quienes confían en Él, expresándoles su proximidad! Le agrada también darles signos de lo que podría suceder algún día entre nosotros, en caso de hambruna.»

© Children of Medjugorje del mes de noviembre de 2023

Sor Emmanuel

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