«Deseo compartir con ustedes la idea que me vino a la mente ante ciertas trampas que podrían empañar la alegría de una libertad recuperada, siendo que el confinamiento parece llegar a su fin. Los medios nos nutren con toda clase de informaciones, frecuentemente contradictorias, a veces terroríficas; algunas carentes de fundamento, otras bien hilvanadas, pero no por eso luminosas. Estamos altamente tentados de dejarnos distraer y dispersar. Sería una pena que perdiéramos los valores que pudimos adquirir durante este confinamiento y que volviéramos a ponernos nuestros viejos zapatos para caminar como lo hacíamos antes.
¿De qué valores hablamos? Muchos han comprendido que las tormentas que pueden sacudir a toda la humanidad a partir de un pequeño virus invisible son un signo de los tiempos. Un signo que ha sabido despertar las conciencias y reubicar ciertos puntos de referencia que se habían vuelto caducos. Algunos mensajes de la Virgen, que no habíamos leído o leído a la ligera, encierran una luz profética y vemos en ellos un salvífico hilo conductor. Se trata de una Madre que ama demasiado a sus hijos como para dejarlos a la deriva.
Esta pandemia, tan costosa en vidas humanas, en sufrimientos y en dramas -sin hablar del impacto económico- no forma parte de los secretos de Medjugorje. En efecto, éstos no han sido aún revelados, mucho menos realizados. Según Mirjana, tendrán lugar después que hayan sido revelados por los videntes a través de un sacerdote de su elección. ¡Pero secreto no es sinónimo de catástrofe!»
Ciertamente: secreto de la Madre no es sinónimo de catástrofe; lo vemos en el tercer secreto, el cual será inmensamente consolador para los que no se cierren a la acción del Espíritu Santo a través de la Madre en su obra desde «Sveta Jakova». No obstante, la aparición del signo visible será un ultimatum para la conversión de la humanidad. Nuestra Madre ha evadido todos estos años (estamos en el cuadragésimo, desde 1981) conminarnos con amenazas, como, por ejemplo, en el mensaje de Fátima.
Nos encontramos -entiendo- en una situación de «presecretos».
En diciembre de 1983, el párroco de entonces en Medjugorje envió a s. Juan Pablo II la carta redactada en unión con la vidente Marija, la cual hablaba de acuerdo con los otros videntes. Dicha carta puede ser leída por los que tengan a la mano el libro de René Laurentin: «La Vierge apparait-Elle à la Yougouslavie?», publicado en las primeras semanas de 1984, en Francia.
Seguiremos, si los lectores , tienen paciencia para aguantarme, en otra ocasión….
Deseando la bendición de Nuestra Madre, Kralice Mira,
Yosef (José L. Pareja, Toledo-España).
Asi es hermano la Santisima Virgen nos Ama tanto y ella íntercede por toda la humanidad y espero en Dios Padre haga una Conversión en todos los pecadores y seria hermoso que el Santo Papa Francisco ordenará se rece el Santo Rosario todos los días antes de las Misas como Uds lo hacen Dios y la Santisima Virgen los bendiga siempre Gracias
Muy buena reflexión!! Además lo bueno y breve es dos veces bueno!!
Bendiciones.