«La Virgen María no nos oculta que su Corazón sufre porque los “pecados se multiplican y son muy numerosos”. ¡El pecado nunca trae una bendición! En la lógica espiritual, tendremos que sufrir por esta cantidad de pecados si no iniciamos un proceso de sincera contrición y cambiamos el rumbo de nuestra vida. ¡Pero el triunfo del Corazón Inmaculado se aproxima a grandes pasos! Deseo citar aquí la profecía de Patty Mansfield dada el 3 de junio, en ocasión de la vigilia de Pentecostés en Roma con el Papa Francisco.
“Hermanos y hermanas, mientras invocábamos al Espíritu Santo, el Señor me ha dado una palabra: ‘Levanten los ojos y vean, los campos están maduros para la siega. Si me obedecen, y si obedecen a la inspiración de mi Espíritu, ya verán infinitamente más de lo que puedan pedir o imaginar. Verán el poder de mi Espíritu descender sobre la raza humana. Yo se lo digo, los campos están maduros para la cosecha, pero necesito su obediencia. Necesito su docilidad, necesito su fe, y entonces verán maravillas que los sorprenderán infinitamente más de lo que puedan pedir o imaginar, para la gloria de mi Nombre”.»