«En medio del torbellino que agita a Francia es bueno dejarnos fascinar por la inmensa belleza del don de la vida y saborear las realidades que el Señor nos ha revelado.

“He venido para que tengan vida”, nos dice Jesús. “Hemos sido elegidos antes de la creación del mundo”, nos aclara San Pablo (Ef 1,4). “¿Se olvida una madre de su criatura? ¿No se compadece del hijo de sus entrañas? ¡Pero, aunque ella se olvidara, yo no te olvidaré! Te llevo grabado en las palmas de mis manos”, le dice Dios a Isaías (Is 49, 15-16) “Antes de formarte en el vientre materno, te conocía; antes de que salieras del seno yo te había consagrado…” le dice Dios a Jeremías (Jr 1, 5). “Queridos hijos, agradezcan a Dios por la belleza y la inmensidad del don de la vida”, nos dice la Virgen en Medjugorje, como así también estas palabras tan prometedoras: “No olviden, queridos hijos, que cada uno de ustedes es un universo único ante los ojos del Padre Celestial” (2-05- 2016)

Me gusta mucho esta confidencia de Vicka: “Cuando la Virgen se me aparece el día de mi cumpleaños (3 de sept.), después de saludarme Ella ora a Dios diciendo, rebosante de alegría: ‘Señor, te agradezco por el don de la vida de Vicka’, y después me da un beso. Le pregunté ¿cómo te besa? Vicka me respondió: “¡Como todo el mundo!” Y también esta afirmación de Gloria Polo, por medio de la cual Jesucristo le ha explicado su plan para la familia: “A cada concepción de un niño, los ángeles bailan en el Cielo ante esta nueva creación”. Agradecemos fuertemente a los 72 legisladores que se opusieron a la cultura de la muerte en Francia, valiente pequeño resto que prepara el Nuevo Pentecostés
de amor (PS 3)

¡Protegiendo la vida, imitamos a San José! ¿Qué no ha hecho José para que María, encinta, no fuera lapidada? ¿Qué no ha arriesgado para que Jesús, recién nacido, no fuera masacrado por Herodes? ¿Y para tantas y tantas madres que le han suplicado que pudieran engendrar o que protegiera al pequeño que llevaban en sus entrañas?

¡Y qué decir del Arcángel San Gabriel que le reveló a Zacarías, padre de Juan Bautista, antes mismo de su concepción, la vocación del pequeño Juan (Lc 1, 13- 17)! Y que le reveló a María la identidad del Hijo de Dios que Ella concebiría en su vientre (Lc 1, 31-33). ¡Qué maravilla el Corazón de nuestro Creador! ¡Él nos conoce y nos ama antes mismo de que hayamos sido formados en el seno materno!»

© Children of Medjugorje del mes de marzo de 2024

Sor Emmanuel

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