«Durante aquel mismo período de tiempo, me fui de casa para una misión de 10 días. Al partir, le dije a Florence, una de mis hermanas: “En este armario están mis audios. Si vinieran peregrinos y solicitaran algunos, puedes dárselos”
A mi regreso, al comprobar que el armario continuaba con la misma cantidad de material, le dije a Florence: “Veo que nadie ha venido a solicitarlos durante mi ausencia”. “¡No, por el contrario, sor Emmanuel! Fueron muchos los que vinieron, pero cada vez que abría el armario ¡me encontraba con la misma cantidad de casetes!”
Esto sucedió en la época, ya lejana, de los casetes de audio, pero desde entonces el Señor y su bendita Madre no han cesado de manifestarse bien vivos, reales, poderosos, activos, fieles, compasivos y misericordiosos. Muchos peregrinos nos han relatado experiencias similares. En el combate espiritual de todo cristiano, tan duro en esta época crucial para el porvenir del mundo, ¡qué alegría saber que somos amados por semejante Dios! ¡El Dios vivo y verdadero está tan cerca de nosotros! ¡Dios es y será siempre EL DUEÑO del mundo!
La Providencia tiene otros medios para manifestarse. Posee sus secretos y uno de ellos es: ¡cuánto más se da, más se recibe! Jesús se sirvió del sacrificio del niñito del Evangelio que compartió todo lo que tenía en su morral: sus cinco panes y dos pescados sirvieron para alimentar a miles de personas. Recordemos este gesto…»
© Children of Medjugorje del mes de noviembre de 2023
